INTRODUCCIÓN

Introducción:

Dentro de los Sami, una raza milenaria se ha mantenido en secreto. Los lobos basados en la naturaleza y el honor han logrado la supervivencia lejos del ojo humano.

La reserva es su hogar y transitaré en ella para conocer cada secreto. Es un gusto que ustedes me acompañen. Estoy segura que reirán y se emocionarán.

Por mi parte cada línea, cada párrafo sobre ellos, me ha llevado a un mundo de misterio y fascinación.

Lo siento no puedo prescindir de ellos. Ellos… también me han atrapado.

martes, 1 de enero de 2019

¡Hola! Feliz de que quieran acompañar a los Craig en la boda de Douglas. Con ustedes, primera parte. Y un muy maravilloso 2019 para todos mis lectores. Besote y gracias por comentar.


Capítulo 6
Nupcias. (Primera parte)

Bianca.

Faltaban dos horas para la ceremonia en la capilla de Kirkenes, y aún no estábamos listos. Al menos Douglas esperaba en la sala vestido con un bello modelo azul intenso. Para ser sincera Ekaterina también lucía muy bella sentada en el sofá tratando de que Nicolay no ensucie su traje. Tarea difícil si se trata de un niño de siete años tan hiperactivo como el niño Craig.

Me había bañado y envuelta en la toalla contemplaba mi vestido negro sobre la cama. La tela tenía encajes en forma de flores que vestían los brazos dándole un toque sensual. Por lo demás no podía haber elegido una trama demasiado rígida ya que mi abdomen por poco que fuera comenzaba a notarse. La empleada de la boutique me había asegurado que era un modelo muy usado entre mujeres embarazadas. ¡Quién lo diría! Hace pocos meses lloraba por los rincones sin marido y sin ilusiones de tener un bebé. Pero la vida te cambia de un día al otro. Para bien o para mal. En mi caso me sentía muy feliz.

Sebastien entró a la habitación como ráfaga.

—Mi amor, estaré listo en pocos minutos.
—¿En serio?
—Obvio.
—Okay. Por las dudas me pondré el vestido cuando tú salgas de bañarte.
—¿No confías en mí? –sonrió.

Poco a poco su sonrisa fue cambiando el rictus. De una amable a pícara.

—Estás muy linda.

Oh oh…

—No me he puesto el vestido.
—Eres bella así con la toalla envuelta. Imagino lo que serás enfundada en esa tela.
—Tenemos poco tiempo –me apresuré a frenar la lujuria que vislumbraban sus ojos.

En ese instante la puerta sonó y la voz de Scarlet me sacó del apuro.

—Holaa, ¿puedo entrar?

Sebastien rodó los ojos.

—¡Adelante Scarlet! Mira que has madurado pero no pierdes la costumbre de ser inoportuna.

Mi cuñada sonrió vistiendo un bellísimo modelo, al cuerpo, color uva.

—¡Es verdad! ¿Aún lo recuerdas? Cierto, hace un par de años quería un árbol de Navidad. Pero… ahora ustedes no estaban en plan de tener sexo, ¿o sí? –frunció el ceño.
—En absoluto –contestó Sebastien enfadado.
—¡Qué bien! Porque vamos retrasados.
—Mi intensión era bañarme y vestirme.
—¿No digas? ¿Esperas que te crea?

Lenya llegó muy enojado hasta la puerta abierta de par en par. Por suerte ya estaba listo para salir.

—¿Qué está diciendo Liz, Scarlet? ¿Cómo que no se vestirá en nuestra alcoba?

Mi cuñada se giró para verme.

—Así es. Bianca, tú también. Las quiero en mi habitación, Sara ya está allí. No correré riesgo de llegar tarde.

Charles se acercó.

—Scarlet tiene razón, llevamos atraso. La novia no puede llegar antes que el novio.

Cogí la ropa y salí de la habitación seguida por Scarlet. Mi marido protestaba junto a Lenya.

—¡Tú estás loca!
—¡Sí! ¿Qué bicho te picó? No somos bestias ninfómanas.
—Tranquilos. Ya tendrán tiempo de ver a sus hembras y escapar con ellas después de la boda –dijo Charles paciente.

Por el pasillo me reuní con Liz que apresuraba el paso.

—¡Mi amor! Dile a esta loca desde cuando no te he dejado vestir.

Liz arqueó la ceja.

Tras nosotras se unió Margaret.

—Querida, ¿dónde vas?
—A vestirme en la habitación de Scarlet.
—¿Qué?
—Sí, Charles –sonrió Scarlet avanzando con ese andar felino—. Para ti corre lo mismo.
—¡Es un atropello!
—¿Lo ves? Tenemos razón –protestó Sebastien.
—¡Cállense todos y pórtense bien! Me voy con las chicas. Cuando salgamos los quiero a todos vestidos en la sala.

Numa.

Bajé la escalera hasta la sala, sin apartar la vista de la hermosa dama sentada en el sofá.

Douglas me miró con actitud desesperada.

—¿Sabes algo del resto? ¡Llegaremos tarde!
—Tranquilo, que estemos una hora antes, está bien. ¡Oye! Estás muy guapo –reí.
—Gracias, tú también. ¿Lo escogiste tú?
—Charles me ayudó. Fuimos juntos. Ron también nos acompañó.

Me senté frente a Ekaterina y mis ojos pasearon con disimulo por su escote.

—Ekaterina, estás muy linda.
—Gracias –bajó la vista y se puso de pie.
—¿Te vas?
—Iré a la cocina. Nicolay dijo que iba por un vaso de agua y sospecho que tarda demasiado.

Sonreí.

—Los niños son impacientes.
—Imagina como estoy yo, que soy el novio.
—Calma. ¿Te has comunicado con Marin?

Mi iris se clavó en esa silueta perfecta que abandonaba la sala.

—Sí, dijo que su madre estaba con ella, arreglando el tocado.
—¿Estás nervioso?
—Sí…
—¿Por qué todo salga bien o por casarte?
—Ambas.
—Estoy seguro que serás feliz. Marin es una chica muy dulce y te ama.
—Lo sé. Ojalá que tú encuentres alguien que te quiera bien. Te lo mereces.
—Gracias hermano.

Ron bajó la escalera con un traje gris oscuro, chaleco elegante al tono, y una corbata roja.

—¡Qué elegante, Ron! –dijo Douglas.
—Gracias, tú también. Me gusta ese azul original.

Me puse de pie mientras ellos conversaban. Avancé hasta la cocina y abrí la puerta.

Ekaterina trataba de bajar a Nicolay de uno de los taburetes.

—¡No puedes beber café! Eres un niño.

A pesar que la clara atención la llevaba el menor de los Craig reparé en la figura femenina y su bello vestido. La pedrería plateada que formaba el escote se perdía en forma de ramas y hojas más allá de su abdomen plano. La tela de satén verde complementaba la prenda al cuerpo y caía delicadamente a sus pies.

—Nicolay, tiene razón su tía. No puedes beber café.
—Pero papá me dijo que de traje parecía mayor. Y si parezco mayor…
—Pareces mayor pero no lo eres –protestó ella—. Además vas a despeinarte si no te quedas quieto.
—¡No me gusta cómo me peinaste tía!
—Estás muy lindo –aseguré—. ¿Por qué no te gusta?
—Porque así se peinan los bebés y no soy un bebé.

Reí.

—Vamos, no hagas rezongar a tu tía. Si se enoja no lucirá tan bella con ese… vestido. Tú no quieres eso, ¿verdad?

Ekaterina me miró fugazmente.

—No, solo quiero probar el café.
—¡Qué niño testarudo! —suspiró.

Las voces de Sebastien y Lenya se escucharon en la sala.

—Vamos Nicolay, tu padre ya está listo –cogió al niño suavemente de la mano.

Los dedos de Ekaterina eran delgados y femeninos. Tenía manos muy bellas. Por un instante desee que me acariciaran como lo hacía en mis sueños.

Finalmente Nicolay desistió y caminaron hacia la puerta. Tras ella murmuré.

—Pareces una sirena. Vas a infartarme.

Ella no giró para verme pero supe que había escuchado.

De pronto, antes de abrir la puerta, Nicolay se detuvo y me miró.

—¿Te gusta mi tía?
—¡Nicolay! –protestó ella.
—Bueno, es una… hermosa chica.

Ambos nos miramos. La palidez característica de su rostro cambió a un rosa tenue. Después, incómoda, bajó la mirada.

—Te pregunto porque no tiene novio.
—¡Nicolay, es suficiente!
—Ah, ¿no tiene? –Sonreí disfrutado de la escena—. Es extraño siendo tan hermosa.
—¡Tía! A lo mejor tiene un amigo para presentarte.
—¿Quieres callarte? Estás muy atrevido últimamente. ¿Quién te enseña esas cosas?
—La escuché a Rose hablar con Anouk sobre lo feo que es estar sin novio. Anouk también está sola.
—¡Cielos! Camina de inmediato a la sala y no me expongas de esa forma.
—¿Qué hice? Te expon… ¿Qué?

Al salir de la cocina Sebastien contempló a Nicolay.

—¡Qué bello estás hijo! –me miró—. Los dos.
—Gracias papá, tú luces espléndido.
—Oyee, ¿y yo? –rio Lenya.
—También –reímos.
—¡Papá yo quería beber café! La tía dijo que no era mayor pero ya visto traje.

Todos volvieron a reír.

—Ven aquí, cariño. Te explicaré la diferencia.

Antes de que Ekaterina se alejara más de mí, aprovechando que Charles y Rodion bajaban la escalera y todos parecían distraídos, susurré en su oído.

—Tendría que estar loco para presentarte un amigo. Te quiero solo para mí.

Ella me miró un tanto asombrada, como si mi frase inesperada la sacara de su eje. Ese porte que siempre mantenía formal e introvertido.

—¿Qué? –volví a susurrar—. ¿Te extraña saber que me gustas mucho?
—Por favor… —alcanzó a murmurar.

Como si nada hubiera ocurrido entre nosotros cogió asiento en el sofá.

Sin embargo sí había ocurrido. Miradas sugestivas. Silencios incómodos. Como cada vez que nos cruzábamos en la mansión. Aunque ella no quisiera reconocerlo. Para mí, la sensación era nueva. Sentir la transpiración en las manos, cuidarme de cada gesto frente a ella por si algo le desagradaba de mí. El corazón latiendo fuerte con solo acercarme a su cuerpo. Desearla, desearla tanto que me dolía cada centímetro de piel. Pensé en la diferencia de edad que para mí era un obstáculo perfectamente salvable. ¿Pero Ekaterina? ¿Dejaría de verme como un niño? Necesitaba tener más contacto íntimo. Aunque fuera un beso. Tener la certeza que fuera de mis sueños la realidad era la misma. Porque en ellos, no me bastaba con tenerla en mi cama. Imaginaba nunca tener que separarme de ella.


Marin.

—¡Mamá! Estoy muy nerviosa. Caeré mientras camino hacia el altar. Mis piernas no me sostendrán.

Mi madre sonrió acomodando el tocado frente al espejo.

—Hija, no exageres. Verás que en cuanto escuches la música se irán todos los nervios y querrás llegar hasta él.
—No podré.
—¡Claro qué sí!
—Mamá, tú no puedes entenderme. Te casaste con papá sin amor.

Ante el silencio que le siguió, pedí perdón.

—Lo siento.
—Está bien… Tienes razón. Contraje matrimonio enamorada de otro hombre. Sin embargo, las madres conocemos el corazón de nuestros hijos. Su tristeza y alegría, no nos la tiene nadie que explicar.

Rompí a llorar.

—Marin… —se sentó a mi lado—. No llores.
—Tú no sabes lo que pasé para llegar hasta aquí. ¡Tanto soñé este día! Temo despertarme y que Douglas sea una fantasía como las que tenía con él.
—No es un sueño. Estás aquí, casi lista para partir a la iglesia.
—¿Y si se arrepiente y no va?
—¡Ay corazón! No pienses esas cosas horribles. Te ama.
—Lo sé… —secó mis lágrimas.
-Todo saldrá bien.
—Es que tú no sabes… —insistí—. Ignoras tanto… Hice lo mismo con un pobre chico. Lo dejé plantado en el compromiso para huir con Douglas. ¿Y si la vida me hace pagar ese acto de maldad?
—No conozco la historia tan bien pero ya vivía en Kirkenes. Sin embargo huir con el hombre que amas no es un acto de maldad. Te jugaste por el amor. Y si no me arrepiento de no haberlo hecho es porque fui bendecida con mis hijas.

Pensé… “el hombre que amas”. ¡Cuántas cosas ignoraba mi madre! Douglas era hijo de un vampiro y una loba…

—Mamá…
—¿Qué cariño?
—Si algún día te enteraras de… bueno… de hechos que no estás de acuerdo y… ¿me dejarías de querer?

Acarició mi mejilla.

—Jamás, hagas lo que hagas. Eres mi hija. Igual que Liz.
—Te quiero –la abracé.
—Tranquila cielo, todo saldrá bien. Es una pena que no esté Signy para verte.
—Sí…

La noté dubitativa.

—¿Qué ocurre?
—Nada malo… Es que quería preguntarte si te molestaría…
—Dime mamá.
—Digo… Sin compromiso, ¿te molestaría que tu tío te acompañe al altar? Se ha comprado un traje muy bonito y está elegante. Me lo sugirió y le dije que no sabía si aceptarías y…
—Sí –sonreí—. ¡Claro qué sí! Pero… mi prima no sé si estará de acuerdo que entre a la iglesia con su padre. Tú sabes…
—Eridan le preguntó, antes de ayer. Ella dijo que no tenía inconveniente.
—Pues entonces, dile que sí. ¿Está listo?
—Sí, él nos espera en planta baja del hotel.
—Apresurémonos, no quiero hacer esperar al novio –sonreí.

Los últimos veinte minutos antes de partir, fue un tiempo de recuerdos de mi vida. Mezclé mi infancia, mi adolescencia, mi despertar al sexo y al amor. Mi vida en aquella ciudad pequeña de Drobak. La alegría, la tristeza, la soledad… Mi abuela, mis padres, mis hermanas, mis amigos…

Y este paso importante… Para muchas no cambiaría la vida por casarte si ya convivías. Pero en mi caso, una chica romántica que amaba los cuentos de hadas, salir de una iglesia del brazo de mi marido, era un muy buen final feliz.

Natasha.

Esperábamos pacientes en la modesta pero bella iglesia de Kirkenes. Sinceramente, el murmullo de todos los que asistíamos a la ceremonia y el calor agobiante para un vampiro, estaba resultando insoportable. Todos los Gólubev nos habíamos ubicado segunda fila a la derecha. Menos Anouk. Mi hermana menor estaba sentada en las filas de la izquierda junto a Rose, Sara, y Rodion. Al parecer tenía en sus rodillas al bebé, Dyre.

Bufé.

—Tengo calor, mamá. Espero que la novia se apresure.

Mi madre habló en voz baja.

—Natasha, por favor. No muestres incomodidad, es de mal gusto.
—¿Qué quieres que haga? No hay aire acondicionado.
—Estamos en junio, hace once grados. No exageres, hija –agregó mi padre.
—Es casi verano. Y aquí es sofocante.

Cuatro ventiladores grandes ubicados en las esquinas se encendieron.

—Dios me escuchó, o quien sea.
—¡Natasha!
—Milenka también está molesta –se preocupó Svetlana—. Anthony la acaba de llevar a dar un paseo por el parque.
—Los bebés siempre están molestos en ceremonias así, cielo –tranquilizó mi padre.
—Primera boda de los Craig que no oficio —dijo Ivan—. Disfruto no estar concentrado en lo que debo decir.
—¿Qué extraño, mamá? Bianca y Liz se casaron por Civil pero nunca por iglesia —preguntó Svetlana—. ¿Marin no es hermana de Liz?
—Ajaaa –rodee los ojos.
—¿Y eso qué tiene que ver? –Dijo Dimitri—. Pueden tener elecciones diferentes.
—Sé por Bianca que es una chica de pueblo y muy romántica. Además es humana –mamá bajó la voz—. Liz ya no lo era.
—¿Le has preguntado a Bianca por la novia? Indiscreto de tu parte, me extraña –dijo mi padre.
—Con Bianca somos amigas, Mijaíl.
Sonreí.

—Imagínate todo lo que hablarán de Sebastien y de ti, papá.

Mi padre miró a mi madre preocupado.

—No me mires, Mijaíl. No suelo hablar intimidades.
—Vamos mamá, con las amigas se habla todo.
—Natasha, por favor…
—Ssshh el novio está en el altar junto a la loba, ya debe haber venido la novia –alertó Ivan.
—Noté un dejo de desprecio al mencionar, “la loba” –guiñe un ojo.
—No es así.
—No lo ocultes con nosotros, sabemos bien que los lobos te caen muy mal.
—¡Mamá, dile a Natasha que no busque pelea!
—¡Por favor! –susurró—. Natasha tu hermano siempre se ha desenvuelto correctamente con otras razas. Y tú Ivan, recuerda que esa loba es la madre de Douglas.
—Bien que lo abandonó.
—Sebastien no le dijo que existía.
—¡Basta los dos! –ordenó mi padre.

La loba… Pensé en el énfasis de Ivan… Pensé en Anouk… Enamorada de un humano que adoraba los lobos y vivía entre ellos…

Giré mi cabeza para contemplarla. Como adivinando, ella me miró y sonrió. La saludé con una mano. De inmediato entregó el niño a Sara y se hizo paso hacia nosotros.

Apenas llegó, mi madre se entusiasmó.

—Anouk, viniste con nosotros. Dimitri, hazle lugar junto a Anoushka.
—No me quedaré aquí, mamá. Solo quise saludarlos.
—Pero deberías estar con tu familia. ¿Por qué no te quedas?
—Estoy con Rose, mi amiga.
—¡Qué lindo vestido, Anouk! Rojo sangre –bromee—. Muuy apropiado.
—Gracias, lo compré aquí. Todos ustedes lucen hermosos.
—El mío es un modelo de Oscar de la Renta. El de mamá es un diseñador ruso, Valentin Yudashkin.
—Me lo mostró por móvil. Maravilloso.
—Gracias hija, tú luces hermosa.
—¿Sabes si llegó la novia? –preguntó papá.
—Creo que sí –Rose dijo que vio a su madre y a la carroza que la trajo.
—¿Vino en carroza? ¡Qué romántico! –exclamó Svetlana.
—Fue idea de Douglas.
—¡Qué detalle, Mijaíl!
—Sí… No sé cómo no se me ocurrió.
—Porque nunca nos casamos, querido.
—¿Nunca te casaste con mamá? –se asombró Svetlana.
—Bueno… los dos quisimos esperar a qué naciera Ivan, y seguido nació Natasha, después tú, Dimitri… Fuimos postergando.
—Nací primero que Svetlana, papá.
—¿Y qué dije?
—Svetlana, Dimitri.
—¡Ay por favor! ¡Cómo no voy a saber las edades de mis hijos!
—Tranquilo papá, no te pondré en ese aprieto –reí.

El sonido de la marcha nupcial nos calló a todos. Anouk se apresuró a tomar su lugar. Fue alejándose de nosotros y mamá… la  siguió con la mirada triste.

Mientras las puertas de la iglesia se abrían para dar paso a la novia, contemplé a mi hermana menor feliz entre los Craig. Suponía que si Anouk algún día conseguía enamorar al humano, sería el primer golpe de separación para mis padres. De hecho ninguno había dado un paso tan drástico. Svetlana se había casado con un Craig, Dimitri enamorado de una humana, pero vivía con nosotros, sí… iba a ser duro.

Antes de fijar la vista en la novia que avanzaba por la alfombra blanca, eché un vistazo a Lenya. Estaba bellísimo, como siempre. Junto a él, la afortunada de Liz. Sumámosle, no había engordado demasiado con el embarazo. ¡Si sería desgraciada! El billete ganador de lotería en su bolsillo. Además parecía que me restregara su felicidad cada vez que cruzábamos miradas. Pronto tendrían al bebé. ¡Natasha quita de tu mente la idea de cómo lo engendraron! Mierda… ¡No! No quiero imaginarlo.

—Natasha —la voz de mi madre me salvó—, ¿quién es el hombre que acompaña a la novia?
—¿Cómo voy a saber?

Busqué a Anouk con la mirada. En cuanto me vio hice una seña con disimulo. Estaba muy lejos para leer la mente así que ella vocalizó.

“El padre de Bianca”.

—Dice Anouk que es el padre de Bianca.
—Ah… Su tío. La madre de Marin escapó con él.
—¿Qué? –se extrañó Ivan.
—Eso también te lo contó Bianca, querida.
—Sí, por supuesto. Pero no es como suena tan fuera de ética. Es largo de explicar.
—Me encanta el traje azul de Douglas –dijo Svetlana.
—A mí también –apoyó Anoushka.
—Es original y bonito –aseguró mamá.
—Todos están muy apuestos. ¿Qué ocurre con Anthony? Debería estar aquí.
—Quizás Milenka no quiere entrar y ha hecho un berrinche, hija.
—No puedo permitirle cualquier capricho, papá.
—Svetlana –agregó mamá con ternura—, si la niña llora no puede interrumpir en la iglesia.
—No quiero que Anthony se aleje por tanto tiempo.
—¿Tanto tiempo? –Miré a mi hermana con asombro—. ¿No estás demasiado posesiva?
—Sé porqué lo digo.

A todos nos llamó la atención la frase con animosidad. Sin embargo a nadie se le ocurrió indagar en ese momento que la ceremonia comenzaba.

Drank.

Los novios daban el “sí” en el altar. Contemplé a Marin hecha una mujer, bella y segura de lo que deseaba para su vida. Atrás quedaron sus trenzas, sus riñas entre hermanas, las escapadas del colegio para perseguir mariposas como si fueran sueños en los bosques de Drobak. Allí estaba, cumpliendo su deseo más ferviente desde que la conocí acunando muñecas. Había conseguido lo que tanto anhelaba. Un marido enamorado, una familia unida, y más tarde vendrían los hijos.

Quizás algún día mi sueño lejano también se cumpliría. Aún me encontraba encajando piezas de mi corazón. Extrañando a mi padre, asumiendo una hermana, olvidando un gran amor, buscando enamorarme de alguien que fuera afín a mí. Con historias parecidas, con proyectos similares… Alguien que no tuviera temor si la pobreza te sorprende. Porque puede ocurrir… La vida te da esos altibajos.

Observé a Anouk tan bella y atractiva con ese vestido rojo. Se notaba que estaba feliz junto a su amiga Rose. Tres veces la había sorprendido mirándome en el parque mientras esperábamos entrar. En la primera oportunidad me saludó con la mano y sonrió. Devolví el saludo pero no sonreí. Anouk últimamente me producía una sensación de inseguridad, de inquietud. No entendía muy bien el porqué. Quizás porque era una caja de sorpresas desde que la conocí aquella vez. Es que no era la misma… Recordé aquel día invernal que había venido a la reserva junto a la hija de Adrien Craig. Me resultó tan altanera y desagradable en su postura superficial. Es que era insólito que se pusiera a llorar por el tacón roto de su costoso zapato. Aunque el desparpajo total fue cuando quiso que la alcanzara en la moto hasta la mansión. Suplicó de una forma poco convencional. Como si yo tuviera obligación de no dejarla viajar en autobús como el común de la gente. Después conocí otra faceta… Era muy tímida y a la vez muy graciosa y torpe… Sí, como aquella vez que se probaba ropa en un probador…

¿Y en aquella Kermese? Con prendas sugestivas… Cualquier chica podía haberse pavoneado sintiéndose orgullosa de lo que insinuaba. No Anouk. Al contrario, parecía que fuera una tortura estar tan expuesta al género masculino. Como si tuviera cero experiencias en ello. Sin embargo… Quien tiene un test de embarazo en su bolso como si llevara pastillas mentoladas no demostraba ser ninguna virgen. Me molestó, juro que me molestó. Es que apreciaba las personas que se mostraban tal cual son, sin simular su vida. Y creía que esa vampiresa de ojos púrpura, escondía mucho.

“No es una buena idea que Anouk trabaje en la reserva como maestra”.

—¿Por qué no?

Miré a Bua sorprendido.

—¿Qué?
—Lo que dijiste. Que no es buena idea que Anouk sea nuestra maestra.
—Pensé que no había dicho en voz alta.
—Pues sí, lo dijiste en voz alta –sonrió.
—Lo siento.
—No pidas disculpas por confesiones a una amiga.
—¿Cuál confesión? –me enfadé—. Exageras.
—Vamos, estás aterrado por lo que sientes.
—Estás equivocada.
—¡Qué no!
—Sssh, chicos. Hagan silencio –Bernardo llamó la atención.
—Perdón –me excusé avergonzado.
—Cobarde –susurró en mi oído.

Fruncí el ceño para demostrar mi enfado pero solo conseguí divertirla más.

—Basta Bua. No sabes cómo pienso o siento –bajé la voz.
—Eres tan transparente, Drank –sonrió—. Debes saber que me encantaría que por fin te enamoraras y fueras feliz.
—Te lo agradezco pero no va por ahí.
—¿Ah no?
—¡Quieren callarse los dos!
—Perdón –dijimos al unísono.

Y callamos…

Bua estaba equivocada. Tenía entendido que el amor no era sentirse tan horrible e inestable. Con Liz nunca me había sentido así. Ni siquiera cuando la vi por primera vez y supe que era la chica más linda del colegio. Jamás la sentí inalcanzable. Pero con Anouk… No sé que me ocurría. ¿Sería su estatus familiar? ¿Su posición privilegiada? ¿Ser vampiresa? ¿O ser una gran caja de Pandora?

Marin salió del brazo de Douglas radiante y feliz. Gustaba verla así. Se lo merecía. Esperaba que Douglas la amara y cuidara como el bien más preciado. Cierto que el heredero del líder de los vampiros demostró valentía al llevársela consigo ante las narices de Carl, pero eso no demostraba aún que fuera a jurar amor eterno. Tenía mis temores, ¿por qué no decirlo? Es que ambas vidas no tenían nada en común. Riqueza, pobreza. Dos razas diferentes. ¿Sería verdad que el amor vencía cualquier barrera? ¿Por qué sentía un deseo ferviente que así fuera? ¿Por qué? ¿Por Marin? No… No era por Marin. Sí… Estaba aterrado.

………………………………………………………………………………………………..

Y en el parque, frente a la bella carroza que parecía salida de un cuento de hadas, los novios partieron al salón de fiesta. Cada uno tomó el camino hacía el hotel Thon. Algunos en sus coches de alquiler o propios. Bua y yo preferimos caminar hasta el salón. Por suerte quedaba a tres manzanas.

Sabía que ante un escaso silencio durante el camino, Bua volvería a la carga.

—No te preocupes. Me da que los Gólubev son ricos pero no detestables y engreídos.
—¿Cómo lo sabes? ¿Los has visto? Parecen de una familia real.
—Quizás lo sean –encogió los hombros—. Los vampiros viven mucho tiempo.
—Jamás permitirían que alguien como yo se acercara a uno de sus miembros.

Rio.

—¡Drank! Nombras a miembros como si fueran un club selectivo y solo son una familia, con privilegios pero familia al fin.
—Sabes a lo que me refiero.
—Escucha –se detuvo y la imité—, estás tan aterrado que no te fijas en detalles. Para eso estoy yo. No se trata de que te permitan entrar o no a su clan. ¿No lo notaste?
—No, no sé de qué hablas.

Rodó los ojos.

—¡Hombres! Me refiero a que es Anouk que se apartó de ellos. ¿O no viste que no se sentó junto a los Gólubev? Eso es una señal.

Siguió caminando aunque no la seguí. A los pocos pasos giró para verme.

—No quiero sufrir –tragué saliva.

Volvió sobre sus pasos y palmeó mi hombro.

—Lo sé. Sin embargo la vida se trata también de ello para ser feliz. Arriesgar querido amigo, arriesgar. ¿Crees que a mis padres se les ha hecho fácil? Mi madre era humana.

Abrí los ojos asombrado.

—¿Crees que a Mike y a Kriger se les ha hecho fácil?
—Ellos se aman. Tus padres son encantadores. No los imagino oponiéndose por una cuestión de homosexualidad.
—Pero el padre de Kriger sí. Dejó de hablarle a su hijo. No se han visto durante años.
—No lo sabía.
—Drank, todos en menor o mayor medida luchamos por el amor. Bueno yo no he tenido oportunidad pero si me enamorara de un humano tendría varias barreras que vencer.
—¿Un humano? –Achiné los ojos—. Por algo lo dices. ¿Te gusta un humano? Dime que no soy yo, por favor.
—No tonto. No eres tú.

Continuamos camino.

—¿Me dirás quién es?
—No lo conoces. Bueno sí, algo.
—Anda dime. ¿Quién obró el milagro?

Rio.

—Eres un tonto. Ya te lo diré a su tiempo.
—Malvada.

Al seguir camino pensé en mi padre. Me gustaría verlo y poder abrazarlo. Quizás haría un viaje a Drobak en este mes. A pesar de extrañarlo era realista. En la reserva había concluido la construcción del Jardín de infantes pero me había ofrecido para ayudar a Vinter en el taller mecánico. Él se encontraba limitado por los dolores que sufría por la artrosis y yo necesitaba trabajar. Además en unos días comenzarían las clases a nivel terciario en arquitectura y estaba decidido a seguir una carrera y superarme. Así que era factible que el viaje a Drobak se postergara.

Al llegar al hotel varios de los vampiros entraban por la puerta trasera. Bernardo nos vio llegar y se acercó.

—Chicos, debemos entrar al salón no por la puerta principal. Es un hotel y van y vienen turistas. Sebastien ordenó preparar un salón especial para no perjudicar el trabajo cotidiano.
—Ah, okay.

Nos dirigimos junto a él y Sabina. Yako había quedado al cuidado de July. Hace días estaba muy molesto por la dentición.

—¿Y Gloria? –pregunté.
—Gloria subió al coche de Sebastien. Ellos ya entraron. En cuanto vio a Nicolay en la iglesia no fue posible que se separaran. Sabes, son niños y se llevan bien.
—Entiendo –sonreí.

A medida que nos acercábamos a la puerta, se formó un pequeño embudo con nuestro grupo y el resto de vampiros. Ron, Charles, la dama que lo acompañaba, ¡y adivinen qué! Los Gólubev. Intenté pasar lo más rápido posible. No porque me miraran con cara de asco sino porque me sentía tan pequeñito cerca de ellos. Tan elegantes, postura erguida, de rostros y cuerpos perfectos.

Por mala suerte uno de ellos se adelantó cuando intentaba pasar. Ambos nos detuvimos y nos miramos.
Era rubio. De mirada aguda y rasgos duros. El perfume sutil olía a caro, muy caro.

Extendió la mano hacia la puerta.

—Mis disculpas, estaba distraído y no lo vi. Pase por favor.
—Gracias, no hay problema.

Lo que faltaba, era la educación andando…

Bueno, después de todo Bua podría tener razón. No siempre la opulencia y riqueza son signos de discriminación. ¿Dónde estaba Anouk?

Al entrar eché un vistazo al salón. Estaba muy bello decorado y las luces bajas le daban un toque íntimo. Los novios no habían llegado pero no faltaría mucho. Seguí tras de Bernardo al igual que Bua para ubicarme en una de las mesas asignadas hasta que un golpe en mi hombro me hizo voltear.

—¡Liz!
—¡Holaaa! ¿Todo bien?
—Sí, ¿y tú? ¡Estás hermosa! ¿Cómo va el bebé?
—Gracias, tú también. Pues el bebé muy cómodo —rio.
—Cierto –reí—. ¿Y tú? ¿Te sientes bien?
—Sí, aunque ya no duermo muy apacible. Él manda o ella. Aún no lo sé.
—¿No te has hecho una ecografía?
—Tengo fecha dentro de dos semanas. Lenya insistió.
—Hace bien.
—Es que debimos asegurarnos que ese día estaría el doctor Arve, tú sabes.
—Oh, cierto.

Lenya surgió no sé de dónde. No creía que se había materializado ya que había invitados que ignoraban su condición de vampiro. Aun así me sorprendió.

—Buenas noches.
—Buenas noches –contesté.
—Cariño, tu madre estaba buscándote.
—Okay… Iré, quizás quiera saber del bebé.
—Es natural. Pórtate bien y no pongas cara de pocos amigos –sonrió.
—Lo haré por ti.
—Yo… Yo iré con Bernardo, permiso.

Antes de llegar a la mesa Bua se cruzó en mi camino.
—¡Muero aquí!
—¿Qué te ocurre?
—Ven conmigo, voy al baño.
—¡Pero Bua! ¿Cómo voy a ir al baño de damas?
—¡Ay noo! Nada más quiero que me acompañes y me esperes en la puerta.
—¿Qué diablos te ocurre?
—Llegó Asgard a la fiesta.
—¿Asgard?
—Es el Defensor del que te hablé –bajó la voz—. El hombre que rescató a Elvis. El niño que teníamos en casa.
—Ah sí…
—Vamos, ven conmigo. No quiero que me vea sola. Dirá que soy una pobre tonta desesperada tras él.

Reí mientras caminábamos. La música suave había comenzado a sonar.

—Así que es él. Déjame decirte algo. Estás equivocada si piensas que haces lo correcto permaneciendo pegada a mí.
—¿Ah no?
—No, Bua. No funciona así si lo quieres conquistar. No tendrá oportunidad de hablar contigo si te ve en mi compañía.
—¿Tú crees?
—Claro que sí. Anda, ve sola. Te esperaré en la mesa.
—Tengo miedo de buscarlo para hablar y que me ignore, o se aburra conmigo.

Sonreí.

—¿No me has dicho que en la vida tienes que arriesgar?
—¡Qué buena memoria tienes cuando quieres!

Reí.

—Anda, voy a saludar a los novios.


Anouk.

Rose bebió delicadamente de la copa de vino y me sonrió.

—Amiga, quieres un analgésico.
—¿Para qué? No me duele nada.
—Te dolerá el cuello de tanto que giras y estiras buscando a Drank.
—¿Es muy alevoso? Dime la verdad. Moriré de vergüenza.
—Si te has animado a ponerte ese vestido rojo escotado te diré que la vergüenza ya la has pedido, ¡gracias al universo!
—¿No te gusta?
—Amo ese vestido y como te queda. Así se hace. Buena alumna.

Rodé los ojos.

—Oye Anouk, ¿te has fijado los centros de mesa? Son cabezas de lobos, con orejitas y todo.
—No, no lo había notado.

Un beso sonoro en mi mejilla me hizo tambalear.

—¡Holaa, escurridiza!
—¡Iván! –sonreí.
—¿Puedo sentarme?
—Obvio querido –contestó Rose—. Haz que nuestra mesa luzca. Estás muy elegante Gólubev.
—Muchas gracias, señorita. Tú también. Te queda bello el azul. Va justo con tus lentecillas de contacto.
—¡Qué gentil! Si no fueras el hermano de mi amiga te llevaría a un lugar apartado y…
—¡Rose!
—Es broma.

Ivan rio.

—Quizás en otra oportunidad. Y… —se dirigió a mí—. En serio, ¿por qué no estás con nosotros en la mesa? Rose puede venir también.
—Es que ahora vendrá Sara y Rodion y… Ya quedé con ellos.
—Okay. ¿Todo bien?
—Sí –encogí de hombros—. ¿Por qué?
—No sé, creí que habías discutido con papá o…
—Nada de eso. Estoy por elección.
—Bueno, si es así. Recuerda que te extrañamos. Yo más.
—Lo sé.

Dio un beso en mi coronilla y se alejó.

—Anouk, ¿ese es Grigorii?
—¿El oficial?
—Sí, está con Anne.
—¡Qué bella está Anne!
—Cierto. ¿Y Scarlet? No la veo.
—Allí, en la mesa de Bianca y Liz. ¿No ves a Sebastien y Lenya?
—Tienes razón. Oye… Numa está muy guapo.
—¿Qué hay de ustedes?
—Quedamos como amigos. Por suerte dejó de insistir.
—Estará tras los pasos de otra.
—No sé… Lo noto extraño. No solo me esquiva, también al resto. Los machos son raros. Ellos dicen lo mismo de nosotras. Hablando de machos… ¿Por qué no vas a saludar a Drank.
—No quiero dejarte sola.
—Pues tu excusa llega a su fin. Ahí se acercan Rodion y Sara.
—¿Ya?
—Anda, ve y dile que está guapo.
—¿Tú crees?
—Por supuesto.
—Está bien. Pero antes esperaré a que llegue Sara. No queda ético que antes de que se siente con nosotras yo salga corriendo.
—Como gustes. Y buena suerte.







































11 comentarios:

  1. Me gusto la boda y los encuentros y desencuentros de tantas parejas . Genial capítulo

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  2. ¡Hola Citu! Feliz año. Me alegro mucho que te haya gustado la boda y las anécdotas.
    Un beso grande y gracias por comentar.

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  3. Hola, Lou... Me ha encantado la portada... Muchas Felicidades a ti, y Muy Feliz 2019
    Bueno, por supuesto muchas felicidades a Douglas y a Marin que ya son marido y mujer
    Te diré que he sonreído muchas veces leyendo este magnifico capítulo
    Al comienzo solo faltaban dos horas para la ceremonia, y los nervios estaban a flor de piel... eso ya me ha hecho sonreír
    El miedo de Marin a caer mientras camina hacia el altar también me ha hecho sonreír
    Me ha parecido perfecto que Marin llegue en carroza, y que la acompañe Eridan al altar
    Nicolay es estupendo, vestido con traje se siente mayor... y quiere tomar café ;-)
    También, este niño estupendo, ha puesto en un serio aprieto a Numa y a Ekaterina... Me ha encantado ;-)
    Drank ha observado mucho a Anouk... mucho ;-)
    No sabría decirle a Drank si el amor vence cualquier barrera... sí podría decirle que es el causante de que comentamos grandes torpezas, y de que suframos los mayores miedos... Para contrarrestar, es la sensación más hermosa que podamos percibir
    Esa fiesta en el salón del hotel promete
    Un capítulo muy bonito, Lou
    Besos

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    1. ¡Hola mi sol! Espero que hayas pasado bello en las fiestas. Gracias por los buenos deseos a Douglas y Marin, te dan las gracias ellos también.
      Maravilloso que hayas sonreído. Me encanta que los lectores se diviertan y lo pasen genial.
      Marin tenía miedo de caer pero creo que era más por los tacones tan altos sin estar acostumbrada. Eso creo yo.
      Ella ha permitido que Eridan la acompañe. Lo veo bien, los rencores no sirven y menos si su madre es feliz.
      Nicolay es una dinamita y te diré un secreto. Estoy segura que es el más parecido a Adrien. Es muy observador y tiene la frase justa a pesar de su corta edad. Más adelante habrá un encuentro de nieto abuelo que te encantará.
      Ekaterina y Numa sienten cosas nuevas respectivamente, aunque aún se resistan. Todo a su tiempo querida escritora.
      Drank está comenzando a descubrir que puede enamorarse pero le aterra la idea de sufrir otra vez. Tal vez Anouk lo convenza. La familia... eso no sé decirte aún.
      Bellas palabras las tuyas para terminar el comentario, que como siempre me provoca una sonrisa. Gracias amiga por tu apoyo de siempre. Feliz 2019! Besazos!!

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  4. Este capítulo es un regalo de reyes anticipado. Gracias!
    Felicidades a los recién casados! He asistido a la ceremonia con esmoquin. Los Gólubev no me mirarán mal, espero:)
    No es algo injusto que siempre el novio tenga que esperar a la novia?
    Numa no está loco, no le presentará un amigo a Ekaterina.
    Sí, la fiesta promete! Feliz 2019!
    Besazo!

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    1. ¿Hola Ignacio! Un gusto como siempre leer tu comentario.
      Gracias por las felicitaciones, Douglas y Marin te envían un abrazo. No creo que los Gólubev te miren mal. No dudo que habrás asistido muy elegante. Sí es algo injusto que el novio espere pero creo que Douglas no esperó tanto. Casi llega tarde.
      Numa quiere a Ekaterina para él, veremos que dice Ekaterina. La fiesta es para ustedes así que espero disfruten mucho. Gracias por estar aquí como siempre, me hace feliz saber que te gusta leerme. Un besazo desde Buenos Aires y el mejor de los año para ti!

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  5. Como Marin se hubiera caído de caminito al altar me parto y reparto!!!!! Ya se han casado, ya se han casado!!!!! Bieeeennnnn!!!! Felicidades Douglas y Marin!!!! Qué elegancia, guapísimos toooodoooosss!!!!!
    Ahora a festejar perooooo qué pasará luego???? Quéeeeee pasará en la noche de bodas??? Ejem, ejem, más ejem!!!!
    Capítulazo!!!! Feliz 2019!!!!!

    Besoteeeessssss!!!!!

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    1. ¡Hola Merck! Feliz año nuevo!! Marin no se ha caído, pobre Marin hubiera sido muy vergonzoso.
      Muy elegantes es cierto, justo para la boda del príncipe de los Craig.
      Festejar... festejarán seguro. Pero creo que habrá otras sorpresas en esa boda... a estar atenta.
      Noche de bodas como se la merecen. Veremos que tal la segunda parte.
      Gracias cariño por tu comentario y por estar siempre junto a los Craig. Un besazooo reina!

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  6. Es una boda bonita porque se han casado dos que estan enamorados.La madre de Marin no se tendria que haber casado porque queria a otro.El capitulo me ha gustado mucho.Besos.

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    1. ¡Hola Ramón! Muchas gracias por comentar siempre. Es una boda bonita y me alegro que te guste.
      Lahistoria de lo que ha ocurrido con la madre de Marin creo que está desarrollada en el tercer libro. Supongo que enamorarse del novio de tu hermana no debe ser muy convincente para robárselo. Y sigo suponiendo que se ha resignado a perder el amor para siempre. Los Craig es una historia de fantasía sin embargo tiene condimentos de la vida real. Y a veces los hechos que lees pueden pasar en la vida real, sin que la autora este de acuerdo o no.
      Esperemos que Marin y Douglas sean muy felices.
      Te deseo un feliz año querido amigo. Un abrazo desde Argentina y gracias por estar aquí.

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  7. Excelente capítulo! Amé la boda y reí mucho con bua y anouk!
    Te quieroooooooooo

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Gracias por visitarme y comentar.