Capítulo
57.
Juntos.
Ivan.
Por
el túnel continuamos caminando con el tal Louk. Diez minutos se mantuvo tras de
mí, callado. Cuestión impensable. Se notaba que usualmente hablaría hasta por
los codos. Sin embargo, odiaba reconocerlo, pero el silencio bajo el asfalto y
rodeado de agua tampoco era buena opción. Así que muy, pero muy a pesar mío,
retomé una conversación.
-¿Qué
opina tu familia de que estés bajo alcantarillas buscando al lobo? Debe estar
preocupada.
-Pues…
Mi familia solo es Mamina, es mi abuela… Y no le dije.
-¿No
tienes padres? ¿Hermanos?
-No.
Mis padres murieron cuando era niño. No tengo hermanos. Ustedes… Digo, los
Gólubev… Son muchos, ¿no?
-Mis
padres y cuatro hermanos.
-Sí,
Anouk me contó… Pero Drank no es solo un lobo para mí. Es mi amigo. ¿Tienes
amigos?
Giré
la cabeza e iluminé su rostro.
-¿Te
parezco a alguien que no tiene amigos?
-No,
solo preguntaba.
-Okey,
tengo varios. Compartimos mismos gustos, misma cultura, salimos, nos
divertimos, pero no estamos pendientes de la vida del otro. Tenemos muchas
obligaciones y diferentes objetivos. Es normal que no estemos en contacto por
semanas o meses.
-Me
refería a interesarse por las cosas que te ocurren. No digo todos los días. Sin
embargo, si alguno tiene un problema ser el primer en saberlo. Animarte si
estás mal, alegrarte con los logros y…
-Entonces,
no tengo amigos. Tengo hermanos. Ellos son mis amigos. Quizás algunos más
confidentes que otros.
-Como
Anouk, por ejemplo.
-Anouk
es la menor. Siempre la protegí. Siempre contó conmigo. Después fue alejándose
y todo cambió –no pude evitar el gesto de angustia.
-Estás
aquí buscando alguien muy importante para ella. Supongo que si no supieras que
es importante no estarías aquí. Así que… No creo que todo cambió para ustedes como
dices. Y tú tampoco lo crees.
Me
giré y continué por el túnel. Mi fino oído alcanzó a escuchar su murmullo a través del sonido del agua
desplazándose lentamente, “no, no lo crees”.
Continuamos
caminando hasta toparnos con un letrero indicando calle y altura. Seguramente
para orientar a obreros que pudieran llegar en alguna situación.
-Calle
Tippveien –dijo en voz alta.
Fruncí
el ceño.
-Oye,
sé leer.
-Lo
siento. Me entusiasmo siempre que hay algo para leer. Aprendí a hacerlo hace
poco. Tu hermana me enseñó.
Lo
iluminé con la linterna.
-¿En
la reserva no saben leer?
-Sí,
yo no sabía. En realidad padecí desde pequeño un trastorno de aprendizaje. Se
llama… ¿Cómo se decía?
-Dislexia
–contesté.
-¿La
conoces?
-Es
como una descodificación. ¿Alguno de tus padres la sufría?
-Mi
madre. Aunque pensaba que no sabía leer.
-El
término apropiado es disortografía. No siempre puede ser hereditario. Puede
haber factores emocionales.
-¡Guau!
¡Eres médico?
-No,
leo mucho. Y retengo todo lo que leo.
Al
final del túnel pude divisar una fila de lamparillas.
Según Scarlet, había una línea de lamparillas
que iluminaban el canal. Drank estaría entre la octava y novena a partir de una
curva cerrada. La dificultad era que la fila de luces iba hacia la derecha y
otro tramo hacia la izquierda.
El lobo volvió a interrumpir.
-Oye, en cuanto al nombre de la calle, estamos
cerca del mar de Barents.
-Eso no es una buena noticia. La marea sube a
la noche casi siempre. Debemos dividirnos –ordené- ganaremos tiempo.
En
ese instante, escuché el “clap” de un pesado metal caer al suelo fangoso.
Tantee mi bolsillo del traje bajo el agua…
Mi
llavero del águila bicéfala…
Mi
corazón se detuvo por segundos. Nada es casualidad en esta vida…
¿Un
mensaje del Cosmos?
Podía
buscar mi llavero símbolo de mi linaje o no perdía tiempo e iba tras el lobo.
-Creo
que algo se cayó bajo el agua.
-No
importa, debemos seguir –respondí.
Respiré
profundo y supe que lo importante no estaba bajo las aguas… Así que mi mirada
examinó las paredes minuciosamente, centímetro tras centímetro. La corriente
debía haber dejado rastro de orientación en las grietas. De esa forma sabría
por cual hueco habría sido arrastrado Drank.
Me
decidí a adentrarme en uno de los grandes huecos y el lobo avanzó por el
opuesto. Me detuve a mitad de camino. Mis dedos acariciaron la pared… La
humedad era reciente. No era por allí… La corriente que se había llevado al
lobo había sido hacía muchas horas, tendría que haber dejado las piedras casi
secas.
Las
lamparillas parpadearon… Mierda…
-¡Vampiro!
¡Regresa! ¡Por aquí!
Regresé
apresurado para reunirme con el lobo.
-¿Qué
ocurre? ¿Lo encontraste?
-No,
pero Scarlet bajo a ayudarnos. Vi su silueta y cabello largo. ¡Ey, Scarlet!
¡Por aquí!
-Ssssh…
¿Cómo sabes que es ella?
-Soy
un lobo veo el aura violeta. Liz tiene cabello claro, Anouk cabello más corto.
Bianca no bajaría en su estado y…
Mi
linterna acompañó la luz del lobo. Agudicé la vista hacia el final del túnel.
Efectivamente, una hembra venía hacia nosotros.
Un
frio corrió por mi cuerpo de pies a cabeza. Tragué saliva. Mi mano se cerró
fuerte sobre la muñeca de él.
El
tal Louk me miró y frunció el ceño.
-¿Qué
rayos te ocurre?
-Esa
no es Scarlet.
Sin
perder tiempo me hundí bajo las aguas arrastrando al lobo conmigo. Nadé con
todas mis fuerzas sin soltarlo hasta que el cruce de una corriente nos envolvió
y nos llevó lejos del canal principal.
Mijail.
Hacía
ya casi dos días que no se sabía nada de Drank. De mi hijo prácticamente cuatro
horas, aunque parecía un siglo. Solo me separé del lugar de búsqueda para
ayudar a Sebastien con la mudanza a la casona de Charles. Algunos lobos de la
reserva colaboraron con los Craig. Creo que era justo. Ivan era un vampiro y
estaba poniendo toda su fuerza y conocimiento para que uno de ellos apareciera
con vida.
Se
respiraba en el aire esa unión, ese tratado de paz implícito que solo buscaba
un lugar mejor en este planeta lleno de conflictos y falsos egos.
Cuando
regresé, Anouk había decidido dejar la reserva y plantarse en esa esquina donde
trágicamente la boca de tormenta había tragado a su amor. Pero no estaba sola,
Liz la acompañaba aferrándola del brazo. La poderosa Reina del Mar parecía
tranquila y confiada. Su amigo había pasado por cosas horribles y siempre había
salido airoso, ¿por qué esta vez, no?
No
sabría responder esa pregunta. A veces simplemente la vida dice, “basta”, o la
suerte no acompaña por alguna oscura razón. Por supuesto que no le transmití
esa sensación a mi hija.
A
los pocos minutos llegó Lenya. Habló en voz baja a uno de los lobos, creo que
era un tal Bernardo, amigo de Bianca. Ambos se miraron con un dejo de
inquietud, escena que no pasó desapercibida ni por mi hija ni por Liz.
-¿Qué
ocurre? –preguntó Anouk.
Ambos
se acercaron.
Lenya
titubeó unos instantes.
-Por
favor, dinos que ocurre –alentó Liz.
-Se
acerca una tormenta. Si llueve el agua de los túneles subirá de nivel.
-Cielos,
¡no puede ser! –se angustió Anouk.
-Tranquila
–Liz respiró profundo-. Lenya, tú puedes desviar la tormenta. Sé que puedes
lograrlo.
-Lo
intentaré. Necesito que regreses con los niños. Rose ya no puede calmarlos. Te
extrañan.
Anouk
interrumpió.
-Liz,
yo me quedaré. Todo saldrá bien. Ve con tus niños. Te mantendré al tanto, lo
prometo.
Louk.
-Estamos
lejos del objetivo otra vez. Mira –iluminé el mapa en la pared agrietada- creo
que volvimos al principio. ¡No lo encontraremos!
-Calma,
comenzaré de nuevo.
-Okay,
iré por allí –señalé un canal cercano.
-No,
de ahora en más seguiré yo solo.
-No
me quedaré de brazos cruzados.
-Escucha
–su voz sonó firme-, si sigues junto a mí, ella nos encontrará más fácil.
-¿Ella?
Entonces, ¿lo que pensé es verdad? ¿Es la vampiresa asesina? Otra vez por aquí.
¡Maldición!
-Debes
volver y alertar al resto de tu manada. Y lo más importante, Sebastien y el
resto de los Craig deben saberlo. Solo ellos podrán con ella.
-¿Tú
crees que los lobos somos imbéciles?
Sonrió
de lado.
-No
se trata de si son inteligentes o no. ¿No crees que es mal momento para medir
quien la tiene más larga? Actúa astutamente y avisa al resto. Me encargaré de
tu amigo. Lo prometo.
Juro
que lo último que deseaba en el mundo era dejar al vampiro solo en la búsqueda.
Drank era mi amigo y yo debía participar y no abandonarlo. Pero lo cierto era
que Vilu Huilliche era de temer. Y si nos encontraba a los dos, nadie buscaría
a Drank ni se enteraría que habría ocurrido. Él tenía razón. Debían saber que
había una asesina en Kirkenes, que seguramente clamaba venganza e iría por los
Craig y por los lobos.
Bernardo
fue el primero que divisó mi cabeza en el hueco. Todos corrieron y rodearon la
boca de tormenta, incluso Anouk. ¿Qué diría sobre Drank? Cielos, hasta el
momento la búsqueda había sido en vano.
Apenas
me ayudaron a salir, mis oídos captaron decenas de preguntas al mismo tiempo.
Bernardo puso orden, pidió silencio, y preguntó.
-¿Qué
ocurrió, Louk? ¿Dónde está Ivan? ¿Encontraron a Drank?
El
rostro de Anouk reflejaba la desesperación.
-No,
aún no. Iván continúa la búsqueda… solo.
-¿Y
eso por qué? ¿Te echó? –Mike protestó con los brazos en jarra.
-No,
él… Era mejor así…
Nuevamente
las preguntas de todos al mismo tiempo.
-¡Escuchen!
–Interrumpí-. El vampiro está bien, seguirá la búsqueda. No podíamos llamar la
atención. Es que… Ella nos persiguió en el túnel. Ella está aquí.
-¿Ella?
–Bernardo arqueó la ceja- ¿De quién estás hablando?
-Ella,
la vampiresa asesina. Ivan dijo que debía avisar. La Huilliche.
Un
silencio sepulcral nos rodeó. Hasta que Anouk enloqueció.
-¡No
puede ser! ¡Los matará! ¡Drank e Ivan no podrán escapar! ¡Quiero morir!
Entonces
vi a July. A pesar de estar viviendo mucha tensión, mi corazón cambió el ritmo
y aceleró más. Hace tiempo que ella ya no era mi chica a causa de mi estupidez,
sin embargo la seguía amando como el primer día. Ella… No sabía. Entonces la
miré y me miró. Abrazó a Anouk y trató de contenerla junto a su padre sin
apartar la vista de mi rostro.
-Tranquila
Anouk, los encontraremos.
-Hija,
cálmate. La desesperación no ayudará.
-¡No
entienden! Ella odia a los Gólubev. Nos la tiene jurada por ser aliados de los
Craig, y por Svetlana y Anthony. Vino por venganza. ¡Están solos contra ella!
-No
están solos –dijo Bernardo-. Bajaremos a buscarlos.
-Ella
es muy poderosa –sollozó Anouk.
-Pero
nosotros somos más. Avisen a los Craig.
El
padre de Anouk cogió su celular y llamó a Sebastien. Vi a Mike subirse a la
moto. Seguramente iría a la reserva. Con la asesina en Kirkenes, alguien más
corría un serio peligro, Chelle Huilliche.
Me
aparté hacia una carpa improvisada que habían montado los bomberos. Allí tenían
agua, linternas, equipos de búsqueda. Tim me siguió y devolvió mi ropa para
poder cambiarme. Me ofreció agua que acepté sin pensarlo dos veces.
-Gracias.
-¿Cómo
te fue con el vampiro?
-Bien.
-¿Pudieron
trabajar juntos? ¿Crees que hará lo posible por hallar a Drank?
-Sí.
Pero debería volver. Esa maldita vampiresa arruinó todo.
-¿Pudieron
avanzar mucho?
-Sí,
pero huyendo de ella volvimos al mismo lugar. Ivan debe comenzar casi de cero.
-Mierda…
En
ese instante, July entró a la carpa. Tim la miró y me miró.
-Okay,
debo regresar a la reserva para ayudar. Las Sherpa y los nuevos vampiros están
con Gina. Come algo. Allí hay panecillos que envió Luna para todo el equipo de
búsqueda.
-No
tengo hambre –murmuré.
-Debes
comer –July se acercó.
Sentí
mis manos sudorosas. Casi cerrada la garganta. Aun así alcancé a murmurar.
-Encontraremos
a Drank.
-Sé
que sí. Pero no estoy aquí por él. Estoy aquí por ti. Me preocupé al saber que
bajarías a buscarlo.
-Estoy
bien.
-Me
alegro. Yo… No deja, nada…
-No,
dime. Dime lo que sientas, por favor.
Di
unos pasos hacia ella y retrocedió.
-No,
no quiero que te acerques. Estoy enojada.
-Te
pedí perdón muchas veces. De verdad que estoy arrepentido de lo que hice. Por
favor, July. Dame otra oportunidad.
-No
es momento. Hablaremos en otra ocasión. Solo quería que regresaras con vida.
-¿Aún
me amas?
De
pronto, escuchamos su nombre en alto.
-¡July!
¡July!
-Me
voy, mi padre está buscándome. No quiero que me vea contigo.
-Claro…
Ve.
Partió
de la carpa y me quedé rodeado de silencio. Quizás con un poco más de tiempo la
hubiera convencido de volver conmigo. De reiniciar la relación. Lo cierto es
que Drank aún no había aparecido con vida, y eso era algo que también me
estrujaba el corazón. No era justo lo que estaba ocurriendo. Por un momento
sentí que debía ser yo el que tendría que pagar las consecuencias del volcán.
Gina.
El
volcán había cesado su actividad. Parte de la manada se había quedado para
limpiar el terreno y las cabañas de las ahora tibias cenizas. Sin embargo no
habíamos vuelto a la normalidad. El ambiente estaba enrarecido. Por supuesto,
después de vivir una catástrofe como la que nos había tocado, con Drank
desaparecido, y con tres vampiros casi salvajes entre nosotros. Sebastien había
solicitado a Bernardo el favor de retenerlos en la reserva. La mansión había
quedado destruida y parte de los vampiros se habían repartido en el hotel en la
ciudad, y en una casona en las montañas. No sabría decir si era buena idea que
tres chupasangres convivieran entre lobos pero lo cierto que tampoco nos
podíamos negar. Últimamente ambas razas habíamos tratado de unirnos y colaborar.
Rita
llegó hasta casa con un biberón.
-¡Gina,
lo encontré! Era de mi pequeña. ¿Tienes la leche de cabra?
-Sí
–cogí el biberón-. Gracias. Ojalá sirva para alimentar a esa bebé. Tiene hambre
y no para de llorar.
-Extraña
a su madre. El vampiro dijo que murió.
-Lo
sé. Y por lo que veo no tiene idea de bebés.
-Oye,
son apuestos esos vampiros, ¿no?
-Son
trogloditas, Rita.
-Mucho
menos de lo que era mi marido. Me trataba mal y encima nos abandonó con la
niña.
Volqué
la leche tibia en el biberón después de higienizarlo.
-Es
mejor que se haya ido si te trataba mal.
-Sí,
por supuesto. Ahora mi hija y yo vivimos tranquilas. Pero soñé que llegaría
alguien que nos cambiaría la vida.
-Aquí
en la reserva hay buenas personas, esos vampiros no son los Craig. No conocemos
nada de ellos.
-Tú
hablaste con la vampiresa triste. ¿Qué te dijo?
-Hablamos,
sí. Se llama Gerda. Me compadece que se haya quedado sola. Perdí a mi marido y
la entiendo. Eso es todo. Hay que tener reparo, te repito, no los conocemos.
-El
vampiro con el bebé se llama Daven. El otro Odin, como el Dios vikingo. Ya
averigüé.
La
miré fijo.
-Te
repito, no sabemos nada de ellos.
Ivan.
Cuando
Louk desapareció me sumergí lentamente y nadé por debajo del agua unos tres
minutos. No registraba ninguna sombra a mi alrededor, ignoraba si Vilu estaría
tras mis pasos pero era mejor tratar de no llamar la atención. Lentamente
emergí y observé a la distancia. Debía buscar el punto de referencia que había
señalado Scarlet. Línea de lamparillas… entre la octava y novena… después de
una curva cerrada… Mierda…
Me
acerqué lentamente hacia la pared húmeda y recosté mi espalda. Respiré profundo
unas cinco veces. Mis músculos parecían entumecidos, notaba el cansancio
después de varias horas de encontrarme en la misma situación. Sin embargo, le
había prometido a Anouk que volvería con su lobo, no podía fallarle. ¿Pero
dónde estaba el lobo? ¿Cómo seguir a ciegas por cada túnel de la ciudad? No
quedaba otra que seguir…
Di
tres pasos lentos para no llamar la atención, observando minuciosamente
cualquier movimiento que pudiera venir de las profundidades. Ella podía atacar
tomándome desprevenido y estaría perdido.
A
mi fino oído llegó el sonido de un trueno lejano. Si llovía el nivel del agua
subiría y todo se haría más difícil. Pero mis oídos llegaron a escuchar algo
más… Cerré los ojos y me concentré para saber con exactitud desde dónde
provenían… Eran inequívocos… Chillidos de ratas hambrientas.
Eso
solo podía significar dos cosas… El lobo estaría cerca y seguramente herido.
Herido, no muerto. De lo contrario las ratas no emitirían esa clase de reclamo.
Nuevamente
cerré los ojos y agudicé mi oído… Abrí los ojos… Los chillidos eran muy claros
para no ver las ratas. ¿Por qué no las veía?
De
pronto, giré mi cabeza lentamente hacia la pared derecha… Estaban detrás,
probablemente en el túnel lindante. Avancé hasta el final del conducto donde se
abría en dos. Percibí una suave ráfaga que provenía de la parte superior. Miré
hacia arriba… Una alcantarilla sin tapa. Podía divisar un retaso de cielo
tormentoso. Una nueva ráfaga desde el túnel de la derecha se mezcló con el olor
a eminente lluvia… Un brisa cargada de aroma a… óxido. Un aroma que conocía perfectamente… Sangre.
Siguiendo
mi instinto asesino, continué por la derecha y me topé con una clase de puerta
enrejada. Enredadas había toda clase de ramas y desperdicios. El olor a sangre
se hizo más potente. Rápido quité todo lo que pude de la reja para poder
despejar las trabas amuradas a la pared, a esa altura ya no importaba el ruido
que provocaba, sentía que estaba muy cerca del tal Drank y juré que Vilu no se
interpondría en mi promesa de llevarlo sano y salvo.
Apenas
el enrejado de hierro quedó despejado pude observar a las ratas bajo la línea
de lamparillas ahora parpadeantes. Más al fondo del túnel, un bulto… No podía
distinguir demasiado, pero conté las luces, siete, ocho, nueve… Scarlet había
dicho entre la octava y novena. Cogí la reja y usé todas mis fuerzas para
quebrar los goznes. El agua no ayudaba en mi tarea, pero en pocos segundos
escuché el “crak” y pude retirar ese obstáculo que seguramente me separaba de
Drank.
Decenas
de ojos brillantes me miraron fijo. Parte de las ratas huyeron, otras más valientes
aguardaron inmóviles mis próximos pasos sobre una escalera de caño a medio
flotar. Avancé mientras las miraba fijo, entonces usé ese don que toda mi vida
me había parecido ridículo y sin importancia.
Mi
cerebro dio la orden, ¡fuera! Seguí avanzando, ¡fuera! A cada una de ellas,
¡fuera de aquí!
Las
ratas se apartaron pero no abandonaron el lugar. Me detuve para tomar aliento.
Continué hasta llegar al bulto y comprobé que era un cuerpo maltrecho. El
rostro semi oculto por el agua. Mi corazón latió fuerte hasta que llegué a él…
Era
Drank… Era el lobo y a través de las luces mortecinas se notaba lastimado e
inconsciente. Pero lo había encontrado y respiraba. Traté de incorporarlo y
grité su nombre.
-¡Drank!
¿Me escuchas? ¡Drank!
Entreabrió
los ojos y murmuró algo inentendible.
-¡Drank!
Debemos salir de aquí. Te ayudaré.
Pasé
su brazo por mi hombro tratando de incorporarlo. Rodee su cintura cargando todo
el peso de su cuerpo contra mí.
-Vamos,
hay que salir de aquí.
-Duele
–alcanzó a murmurar.
-¿Qué
te duele? ¿Brazo? ¿Pierna?
-Todo.
-Okay.
Haz un esfuerzo. Debemos salir de aquí.
Observé
las ratas a distancia. Aún no nos perdían de vista.
-Otra
vez será desgraciadas.
Prácticamente
arrastré al lobo hasta llegar a esa alcantarilla superior. La única salida
cercana que daba a la superficie quedaba a tres metros hacia arriba. Debíamos
trepar. Corrijo, debía trepar con un peso muerto. Él no estaba en condiciones
de aportar fuerza.
Un
rayo iluminó aquel pedazo de cielo encapotado. Le siguió un sonido
estremecedor.
-Debemos
salir de aquí. ¿Cómo te sientes?
No
contestó. Mierda…
Con
la mano libre despejé el cabello de su rostro. Tenía los ojos cerrados pero su
pecho subía y bajaba lentamente al ritmo de la respiración. De pronto murmuró.
-Mi
soga.
-¿Soga?
-Mi
soga –susurró.
Me
acerqué con él arrastrándolo hasta la pared y con una mano lo retuve de pie.
Con la otra tantee el costado de su cintura bajo el agua.
-Necesito
que hagas un esfuerzo. Voy a atarme la
soga para poder subirte.
Intentó
mantenerse erguido pero a los pocos segundos fue escurriéndose hasta hundirse
bajo el agua
-No
puedo… No puedo estar de pie… No saldré de aquí –balbuceó-. Vete.
Ignorando
sus palabras encontré la soga colgada de su cintura la quité y traté de atarnos
de los extremos. De esa forma podría trepar y sacarlo de allí. No puedo negar
que él puso de su parte, aunque no era suficiente. Lucía débil y malherido. Por
un momento creí que lo mejor sería salir por la alcantarilla y pedir ayuda, sin
embargo el lobo no subsistiría en soledad. Casi no se mantenía en pie, y corría
el mayor riesgo, que Vilu lo encontrara.
De
pronto, recordé la escalera de caño cerca del lugar donde había encontrado a
Drank.
-Escucha,
haz un esfuerzo por mantenerte de pie, solo son unos segundos. Iré por la
escalera y eso facilitará llegar arriba, ¿okay? ¿Me escuchas?
Negó
con la cabeza.
-Vete…
no puedo lograrlo. Déjame morir –me miró a los ojos-. ¿Acaso no es lo que
deseas? –fue escurriéndose de a poco hasta que lo tapó el agua.
La
mano se cerró sobre el cuello de su chaqueta y lo elevé con furia hasta tenerlo
cara a cara.
-¡Escúchame
bien! No dejé de cumplir mi sueño para llegar a Kirkenes y prometer a mi
hermana que te llevaría sano y salvo, para que tú decidas que todo fue en vano.
¡Voy a sacarte de aquí con o sin tu ayuda!
-No
entiendes- balbuceó- Es mi destino, debí morir… hace tiempo… y Adrien lo evitó.
No… No podemos cambiar…
-Mira,
no sé si Adrien cambió tu destino, pero no vas a morir justo a ahora –respiré
profundo-, menos ahora… Ahora… Debes vivir.
-¿Qué…
sentido tiene?
Dudé
si era el momento de repetir aquello que me había dicho Anouk… Y opté porque
sería lo conveniente.
-Mi
hermana está embarazada. ¿Escuchaste? Debo llevarte sano y salvo.
Sus
ojos se abrieron con asombro, sin parpadear, y murmuró.
-¿Qué
dices?
-Lo
que escuchaste- Anouk tendrá un hijo tuyo. No me preguntes si estoy feliz, esa
respuesta la conoces muy bien.
-Anouk…
¿Un hijo?
Recorrió
con la mirada a su alrededor.
-Tengo
que salir de aquí. Tengo que salir de aquí… Un hijo… No puedo… dejarla sola.
-Sola
no estará… -baje la vista y volví a mirarlo a la cara-. Pero ella quiere estar
contigo.
-Debo
salir… de aquí.
-¡Eso
estoy tratando de hacer desde que te hallé! Ahora, ayúdame. Necesito que te
mantengas erguido, voy por la escalera.
Asintió
en silencio.
Antes
de separarme de él, mi fino oído captó un ruido. No provenían de las ratas sino
del otro extremo del túnel.
El
dedo índice se posó en mis labios.
-Sssh,
no estamos solos.
Una
silueta femenina en la penumbra avanzaba hacia nosotros.
Sin
dudarlo, busqué los ojos de las ratas, y ordené.
-¡A
ella!
Charles.
Entré
a la sala y vi a Margaret limpiando el piso por tercera vez. Me acerqué y le
toqué el hombro.
-Dame
la mopa, déjame ayudarte.
Ella
se giró y me miró con los ojos vidriosos.
-No
te preocupes, debo limpiar para calmar mi angustia y ansiedad.
Hice
a un lado la mopa y la abracé.
-Tranquila,
todo saldrá bien.
-Pero
es que nunca terminará. Esa víbora siempre rondando, acosando, impidiendo que
seamos felices. Es capaz de cualquier cosa. Drank no aparece, Ivan tampoco.
De
pronto calló. Liz entró a la sala.
-Querida,
¿los niños se durmieron? –sonreí.
-Sí…
-se sentó en el sofá cabizbaja.
-Te
haré un café, ¿o prefieres algo fuerte? –Margaret amagó ir a la cocina.
-No
gracias. Necesito hablar un poco con alguien que no sea Lenya. Trata de no
ponerme nerviosa y no quiero que me mientan aunque sea por mi bien.
-Es
que es innecesario pensar mal. ¿Por qué no podría salir todo bien? ¿Acaso
alguna vez nos derrotaron? Y si te refieres a Drank, es un chico fuerte –nos
sentamos junto a ella.
-Esta
vez tengo mis dudas. Sé que es fuerte, lo conozco. Sin embargo hay mucho contra
él. Las horas que transcurrieron sin dar señales de vida. Quizás el agua lo
arrastró e Ivan no puede localizarlo.
-Es
el mejor rastreador –repliqué.
-Es
verdad que tiene mucha fama pero… ¿Es tan así, Charles? –Margaret dudó.
-No
te quepa la menor duda. Conozco a los Gólubev y a sus hijos desde antaño. Desde
niño Iván se destacó por su don. No había nada que pudieran esconderle sus
hermanos sin que lo hallara en minutos. Es astuto, muy observador. Sus sentidos
son incomparables. Como un perro sabueso. ¿No recuerdan? Ayudó en la búsqueda
de Chelle.
-Charles,
tienen a Vilu tras de ellos. Son dos contra una asesina –interrumpió Liz.
-No
están solos. Sebastien, Scarlet, los lobos, están tras ella. Les repito, Ivan
es excelente rastreador. Vista, oído, olfato agudo, además tienen un don
particular de comunicarse con los animales.
-Eso
que puede llegar a ser importante si está bajo alcantarillas –dijo Margaret compungida.
-Nunca
se sabe, querida.
-¿Qué
querrá esa maldita además de destruir a los Craig? Parece que tiene otro
objetivo.
-Ya
lo sé, Margaret. Y es Chelle. Ese es su objetivo principal. No le perdona la
traición. El no unirse a ella en contra de sus padres.
-¡Qué
loca! –exclamó Liz.
-Me
voy.
Lenya
entró en la sala.
-Amor,
creí que estabas dormido. Se te notaba agotado después de quitar la tormenta de
Kirkenes.
-Ya
me repuse, no te preocupes –besó a Liz y terminó de ponerse su chaqueta-.
Además la tormenta sigue siendo una amenaza, no hay que descuidarse.
-¡Qué
terca es la naturaleza a veces! –sonreí y me puse de pie. Palmee su hombro.
Sonrió.
-Estaré
de regreso cuando Sebastien lo crea conveniente. Cuantos más seamos buscando a
esa serpiente, mucho mejor.
-Por
favor, llámame ante cualquier novedad –Liz lo abrazó fuerte.
-Todo
saldrá bien, cariño.
-Alguien
viene –me puse de pie.
Margaret
me acompañó al balcón.
-¡Es
Numa y Ekaterina, con el niño!
-Cielos,
vamos a recibirlos.
Daven.
Sentado
en un tronco lejos de las cabañas, vi acercarse a Odin. Arropé a mi bebé cerca
de mi pecho y continué hamacándome para hacerlo dormir.
Antes
que mi amigo llegará bufé.
-Sé
que vas a decirme. Ahórrate las palabras, no pienso convivir con lobos.
En
silencio se sentó a mi lado. Continué.
-Por
más que Sebastien lo haya dicho, este no es un buen lugar para mí y mi hijo. Va
contra mi naturaleza.
-No
seas testarudo, Daven. No hay dónde ir. Perdimos todo.
-Lo
sé. Pero no por ello voy adoptar su forma de vida y decirles a todo que sí,
soportando órdenes y…
-¡Ey!
¿Puedes pensar en alguien más que tú mismo?
-¿De
qué hablas? También pienso en ti, y en Gerda. No somos como ellos.
-Piensa
en tu niño. Necesita un hogar.
-Este
bosque no es un hogar. Las cuevas eran su hogar y ya no existen.
-Es
provisorio. Sebastien nos llevará con él.
-¿Para
qué? Viviremos en una casa con cosas que ni entiendo cómo se manejan. Adrien
siempre decía que la civilización deteriora nuestro ser, nuestras raíces. Todo
se pierde.
-Adrien
podía estar equivocado.
-Era
nuestro líder. Un guía indiscutible. ¿Ahora lo negarás?
-No,
no digo que fue grande. Solo que pudo haberse equivocado. A Sebastien le fue
muy bien. Además solo debemos esperar que las cumbres puedan ser habitables.
Quizás iremos allí, sin embargo tu bebé…
Mi
hijo comenzó revolverse inquieto. Abrió los ojos y comenzó a llorar.
-Debe
tener hambre.
-Yo
sé lo que quiere mi hijo, Odin. Solo necesito savia como hasta ahora.
-No
puede extraer savia de este bosque. Además es un bebé. Necesita leche. Eso lo
sabe cualquiera aunque se haya criado en las cumbres. Recuerda que cuando
vivíamos con Adrien nos alimentábamos de sangre. Y los niños no nacían y se
criaban en las grutas. Vivían en la campiña de pastores hasta que tenían edad
suficiente para convertirse. Necesita leche de cabra.
-Necesita
a su madre –protesté.
-Pero
Kaira no volverá.
El
pecho me apretó hasta que pareció no dejarme respirar. Le siguió la garganta,
mis hombros, espalda, y más. Tenía dolor en todo mi cuerpo como un árbol que
extiende sus ramas envenenando la sangre.
-Amigo…
Lo siento.
-No
deja… Es la verdad. Ya no volverá.
-Necesitas
estar fuerte.
-Lo
estoy.
-Okay.
Solo déjate ayudar. Rechazaste la leche de cabra que te ofrecieron hoy.
-Disculpen
–la voz de la hembra nos interrumpió.
Era
esa loba tan insistente. Quizás por fin vendría para echarnos. Nadie disimula
tanta rivalidad entre razas por tiempo indeterminado.
-Disculpen,
en mi casa hay lugar suficiente para el bebé y para ti. Cayó la noche y el niño
tendrá frio.
-Es
un bebé vampiro, resistirá.
Mi
bebé lloró más fuerte.
-Daven,
hazle caso –murmuró Odin.
-¿Se
llama Daven? Ah, pues pensé que se llamaba señor terco –puso los brazos en
jarro.
-No
te burles de mí, loba. Soy más fuerte que cualquiera de ustedes.
Estalló
en una carcajada. Su risa se perdió en el bosque para devolverla en forma de
eco.
-Mira
Daven o como te llamen, no estoy preocupada por ti y porque te congeles. Sí lo
estoy por esa criatura que no tiene culpa de tener un padre irascible.
¿Irasci…?
¿Qué había dicho?
-Así
que insisto, mi hogar puede cobijarlos por la noche, si lo prefieres puedes
irte al amanecer.
-Vamos
Daven, hazlo por el niño.
Gruñí,
apreté a mi bebé contra mi pecho. Su cuerpo parecía helado a través de la
manta. Desistí de continuar discutiendo con ella. Confieso que tuve miedo por
mi hijo. No deseaba que pagara consecuencias de mi orgullo. Después de todo sería
solo una noche más y partiría hacia otro destino. No sabía que iría hacer. Pero
tampoco deseaba quedarme allí, con ellos.
Caminamos
lento hacia esas pequeñas luces que iluminaban sus casas. Todos ellos tenían
hogar, todos ellos tenían familia. Nos rodeaba el silencio mientras el resentimiento
me carcomía, solo escuchaba mis pisadas, una tras otra, cargando a mi hijo que
lloraba, y el dolor… que seguía persistente y agudo en todo mi cuerpo.
Cuando
llegamos a su hogar, ella cerró la puerta tras de mí y me sentí atrapado. Sobre
todo porque varios pares de ojos se posaron en mí. Quería salir de allí
corriendo, mi incomodidad se notó ya que ella se dirigió a mí con una falsa
sonrisa.
-No
te preocupes no te miran a ti, sino al bebé.
De
inmediato dio varias órdenes. No solo parecía ser la dueña de casa sino de sus
vidas, ya que ellos acataron sin chistar cada frase de su boca.
-Hauk,
deja de comer y ayuda a tu hermano a preparar la habitación de Mike. El niño y
su padre dormirán allí.
Una
vampiresa se acercó dando pequeños saltos de alegría.
-¡El
bebé! ¿Dormirá con nosotros?
No
me había percatado que había una vampiresa, al parecer muy feliz de estar allí.
Y tampoco de otra que estaba sentada en la alfombra con un lobo de cabello
largo y rubio.
-No
Miyo –contestó la dueña de casa-. Tú tienes tu lugar con tu hermana en la
habitación de Bua.
-Ah…
El
lobo rubio se puso de pie.
-Yo
regreso a casa. Mis cabras necesitan atención. Hoy fue un día complicado.
¿Vamos Odin?
-Sí,
vamos.
¿Odin
me dejaba solo allí? ¿Ese lobo lo trataba con tanta familiaridad en dos días de
estar allí?
Como
adivinando mi desagrado se apresuró a tranquilizarme.
-Daven
estaré muy cerca. Cualquier cosa si deseas hablar ve a la primera cabaña de la
pendiente.
-Estaré
bien.
-Gracias,
Tim. Gracias por hacerle compañía a las Sherpa –agradeció la loba.
¿Sherpa?
¿Las vampiresas eran Sherpas? Adrien siempre hablaba de todos ellos pero yo
solo había conocido a dos machos, Agni y Khatry. ¿Por qué estaban en Kirkenes?
Miyo
acarició al bebé que aún lloraba en mis brazos.
-¡Mira
Thashy! Es un bebé. ¡Quiero tener uno con el vampiro rubio!
Escuché
la risa de la loba. Sin embargo no tenía tono de burla. Se acercó y le sonrió.
-¿Y
el vampiro rubio lo sabe?
-Aún
no. Cuando traiga a Drank se lo diré.
-¡Qué
valiente! –rio la loba.
-Hola
guerrero, soy Thashy Sherpa. Me alegro de conocerte –la otra vampiresa se
acercó.
Inclinó
su cabeza en señal de respeto y la imité.
-Gracias.
La
palabra guerrero en su boca me removió al pasado. Un pasado feliz que ya no
volvería. Aun así agradecí su reconocimiento. Nadie de los lobos sabía quién
era yo. Tampoco importaba demasiado, quizás un poco que sirviera para no borrar
mi identidad.
-Tim
–dijo la loba-, podrías traerme más leche de cabra. Es para el niño. Tiene
hambre.
-Por
supuesto –el lobo se acercó a mí-. Bienvenidos. Mi nombre es Tim.
-Daven
–murmuré.
Observó
a mi hijo y sonrió.
-Es
un bello niño.
-Se
parece a su madre –susurré.
-¿Y
dónde está su mamá? –preguntó la vampiresa Miyo.
-Murió
–contesté.
-Como
papá.
-¿Agni
murió?
-Sí.
De hambre. ¿Verdad Thashy? Pero sé que no se fue. Él nos cuida.
De
hambre… Había muerto de hambre. Me estremecí de solo pensar que mi hijo podría
correr la misma suerte. Entonces, aunque no era mi naturaleza ser sumiso, me
prometí a mí mismo que no me negaría a la ayuda. Aunque esta… viniera de una
loba.
Otro gran capítulo, sin desperdicio e imperdible. Me gusta mucho que escribes a conciencia e investigas a fondo. Prolija, precisa y con gran conocimiento de la psicología de cada uno de los personajes; Iván es todo un sigma, muy bien delineado y diferenciaso de otros. Felicitaciones
ResponderEliminar¡Hola querida amiga! Muchas gracias por tus palabras. Es cierto que a veces se hace larga la espera de la publicación pero no me gusta subir relatos porque sí, y estudiar mis personajes y sus reacciones lleva tiempo. Te agradezco el comentario y sé que viniendo de ti, es un honor. Gracias, besotes miles.
EliminarCreo que debo empezar a leer desde el principio para poder entender el drama. Queda pendiente. Saludos
ResponderEliminarMuchas gracias por pasarte por el blog. Cuando lo desees te envío el libro I por mail en word. Son 4 en total. Beso grande.
EliminarHola, Lou
ResponderEliminarIvan y Louk han mantenido una conversación muy interesante... Ivan cree no tener amigos, pero sí hermanos... Bueno, un hermano puede ser un amigo también, y si los hermanos son buenos, ya tiene bastante
¡Qué nervios cuando Ivan dice que no es Scarlet la hembra que se está acercando!
Vilu Huilliche es de temer, ya lo creo que sí... Es una asesina
Entiendo que Anouk se desespere y tema por Ivan y por Drank
También creo que Chelle corre peligro
Creo que July también sigue amando a Louk
¡Qué horror con las ratas! Aunque me encantará que ataquen a Vilu
Drank está malherido y muy desanimado... Enterarse de que Anouk está embarazada puede ayudarle a sacar fuerzas de flaqueza
Por el bien de tu bebé es lógico olvidar orgullos... Bien por Daven
Lou, te dije que sería un placer leer este capítulo y ha sido un placer
Un capítulo más para tu colección de buenos capítulos... No he podido venir antes porque no siempre podemos hacer lo que nos gustaría pero, todos los días, sonreía recordando que me aguardaba un emocionante capítulo
Enhorabuena, Escritora con mayúscula
Y muchos besos
Mi querida amiga y escritora. Muchas gracias por esperarme. Siempre es un placer leer tus comentarios y no te preocupes, sé esperar para lo bueno. Tú me visitas cuando puedas, no hay problema.
EliminarEn cuanto al comentario, si es muy bueno tener amigos y si estos son los hermanos en un plus aparte ya que comparten la misma historia. Estoy segura que tienes una bella familia.
Horror que esté Vilu por ahí, y horror las ratas, pero con tanta maldad no sé con que me quedo. Sí, Chelle corre peligro.
Anouk está embarazada, y creo que eso ha hecho a Ivan recapacitar, ya es una familia, la que eligió su hermana.
July sigue amando a Louk, también coincido.
Daven no sabe muchas cosas de la vida pero de otras sí, y creo que tiene un corazón especial. Veremos más adelante si se compra a los lectores.
Te agradezco mucho que estés aquí, gracias por tu apoyo y tus bellos comentarios. Besos miles y genial nueva semana.
Extrañaba leer tu historia. espero que Drank se salva. El ataque ha sido tan fuerte y con mucha acción, Me ha gustado mucho ese capítulo.
ResponderEliminarHola Ju! Muchas gracias querida escritora por tu comentario. Me alegro mucho que te haya gustado. Yo también espero que Drank se salve. Te deseo una feliz semana y besos miles para ti.
EliminarBuenas noches querida escritora!
ResponderEliminarme parece fantastico tu capitulo, muy bien narrado, super prolijo y los personajes bien definidos.
Te dejo un abrazo y que pases un hermoso fin de semana larguisimo.
Muchas gracias. Me encanta tu blog. Abrazo y hermoso fin de semana para ti.
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